Orden Passeriformes; familia Fringillidae
Longitud: 11,5 cm
Envergadura: 20-23 cm
Se trata de un ave pequeña, con un
pico ancho, pero muy corto, y una cola con una marcada escotadura en el
extremo. Machos y hembras poseen un conspicuo
obispillo verdeamarillento. Ambos, además, tienen el pecho y el vientre
de color blanco amarillento, con pintas o cortas rayas verticales. Pero
los machos, sobre todo en primavera, muestran la frente, la garganta y
la pechera teñidas de intenso amarillo. Por su tamaño, aspecto y
coloración, el verdecillo se asemeja a los lúganos, aunque presenta el
pico más corto y menos afilado, y carece de las bandas
verde-amarillentas que son fácilmente visibles en el lúgano. También
podría confundirse con el verderón serrano; no obstante, este tiene la
cabeza gris, y además habita en el límite altitudinal superior del
bosque, donde el verdecillo resulta muy escaso. En invierno conforma
nutridos bandos y se mezcla con otros fringílidos granívoros, como
verderones comunes, pardillos comunes, jilgueros, etc.
Especie distribuida por el noroeste de África y toda Europa, a
excepción de gran parte de Escandinavia. En los dos últimos siglos ha
aumentado sensiblemente su área de distribución en el continente
europeo. Partiendo de los territorios mediterráneos, ha ido colonizando
el centro, norte y este de Europa. En España se encuentra en prácticamente todo el
territorio, incluyendo los archipiélagos balear y canario. Solamente se
enrarece en los parajes altimontanos y en las zonas totalmente
deforestadas durante la época reproductora.
Desplazamientos
Los verdecillos europeos e
ibéricos son migradores parciales. La mayoría de las poblaciones del
norte, centro y este de Europa migran a finales del verano hacia la
región mediterránea y retornan entre los meses de febrero y mayo. En
España se controlan, durante la época invernal, verdecillos anillados en
Europa occidental: Francia, Alemania, Bélgica y Suiza. Además, una
importante proporción de la población del norte y centro peninsular
desciende en altitud o se desplaza entre septiembre y noviembre hacia el
sur, cruzando el mar Mediterráneo e invernando de manera masiva en el
norte de África. Estos verdecillos regresan a España en marzo y abril.
Población
La población europea podría alcanzar los
12 millones de parejas (datos del año 2000). En España se trata de un
ave muy común, hasta el punto de que es la más ampliamente distribuida y
abundante, de acuerdo con los resultados del programa SACRE en el año
2005. Según el Atlas de las aves reproductoras de España (2003), podría
haber 4,1-6,6 millones de parejas. Prefiere los ambientes cálidos a los
fríos o de montaña. Su abundancia aumenta hacia el sur y este
peninsular, pero también es común en las campiñas del norte de España.
Las mayores densidades se han registrado en naranjales y olivares
levantinos y andaluces, con más de 28 parejas por cada 10 hectáreas.
Hábitat
Para criar selecciona prioritariamente las
plantaciones de cítricos y olivos. También resulta muy frecuente en
bosques abiertos, siendo algo más abundante en los de hoja perenne.
Igualmente se acomoda a criar o buscar alimento en huertos y parques
urbanos. En otoño e invierno amplía el espectro de hábitats y es
habitual observar bandos en paisajes agrarios con escasa vegetación
arbórea.
Alimentación
Su dieta se compone principalmente de
semillas de hierbas efímeras o bianuales (Erysimum, Senecio, Cerastium,
Myosotis, Prunella vulgaris, Silene). Además, de forma secundaria
ingiere insectos y picotea la pulpa de frutos carnosos.
Reproducción
Cría dos o tres veces al año, de
marzo a julio, dependiendo del territorio. De hecho, las parejas del sur
y levante pueden iniciar la cría ya en febrero, mientras que las del
norte y el interior suelen esperar a los meses de abril o mayo. La
hembra construye un nido, pequeño y compacto, para cada puesta. Emplea
tallos herbáceos, raíces muy finas, musgo y líquenes. Forra el interior
con pelo, plumas y partes pelosas de plantas. Pone entre dos y cinco
huevos, blanco-azulados, con el polo ancho moteado irregularmente con
pintas de color rojo oscuro. La hembra los incuba durante 13 días. Tras
la eclosión, el macho ayuda en la alimentación de los pollos e incluso
los atiende cuando ya vuelan mientras la hembra inicia la siguiente
puesta.
Amenazas y Conservación
Por su abundancia y capacidad para amoldarse a paisajes
humanizados, tanto urbanos como agrarios, es una especie aparentemente
no amenazada. Sin embargo, está sufriendo notablemente el uso abusivo de
plaguicidas y herbicidas en los olivares y otros cultivos. Asimismo, el
verdecillo, como otros fringílidos, padece la lacra del trampeo ilegal o
consentido, de modo que cada año mueren o son enjaulados miles de
ejemplares.
FUENTE:
http://www.seo.org/ave/verdecillo/