Cuando contemplamos a esta ave,
pocos son los indicios que nos permiten relacionarla con la familia que
integra a cuervos, cornejas y grajillas, aves por lo corriente robustas y
enlutadas. El más ligero de nuestros córvidos, por el contrario, es un
pájaro más bien grácil y de larguísima cola, que luce un bello plumaje
en el que dominan los tonos azulados, marrones —con un suave matiz
rosáceo— y blancos. En fuerte contraste con los colores descritos, el
ave muestra un capirote negro brillante que abarca casi toda la cabeza. Las diferencias entre adultos y jóvenes son poco evidentes,
aunque estos tienen un plumaje menos contrastado y el capirote jaspeado
de gris.
http://www.seo.org/ave/rabilargo/
Canto
La variedad de vocalizaciones que puede articular
resulta notable, aunque el sonido más frecuentemente emitido cuando se
desplaza en bandos (lo que hace con bastante asiduidad) es un
grruií-grruií áspero y algo nasal. El canto propiamente dicho —un
gorjeo suave y chirriante— resulta difícil de oír, pues, además de
escasamente sonoro, es bastante poco frecuente.
FUENTES:
La distribución mundial de este córvido es realmente singular,
ya que presenta dos poblaciones separadas por millares de kilómetros.
Una de ellas —la más extensa— ocupa el este de China, Corea y Japón; la
otra, el cuadrante suroccidental de la Península Ibérica. En España está presente —aunque de modo
discontinuo— en Extremadura, las provincias occidentales de Castilla-La
Mancha (si bien alcanza el occidente de Albacete) y Andalucía, donde
ocupa el norte de las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Huelva y un
área aislada en la cuenca del Genil. En la zona centro se extiende por
Madrid, Segovia, Soria y el sur de Burgos, y llega por el oeste hasta
Salamanca. No está presente en los archipiélagos ni en los territorios
norteafricanos. Las aves ibéricas pertenecen a la subespecie cooki,
recientemente propuesta para su diferenciación como especie
independiente.
Desplazamientos
En toda su área de distribución,
este córvido se muestra como sedentario, aunque puede realizar
movimientos dispersivos de escasa entidad que no se alejan mucho del
territorio de reproducción. Las poblaciones asiáticas, por su parte,
parecen algo más móviles.
Población
Dentro de Europa, las únicas poblaciones
de rabilargo se localizan en la Península Ibérica, que alberga a
250.000-360.000 parejas reproductoras, de las cuales 240.000-260.000 se
cree que habitan en territorio español y el resto, en Portugal. La
tendencia poblacional de este córvido, según los datos obtenidos por el
programa SACRE, es muy positiva, pues se han registrado incrementos
anuales que superan el 7%. Teniendo en cuenta este dato y considerando
la expansión territorial que experimenta la especie, parece bastante
probable que la población real sea actualmente mayor que la estimada.
Hábitat
Aunque necesita para instalarse de la presencia
de arbolado, no se trata, en sentido estricto, de un ave forestal, ya
que prefiere los bosques aclarados, las dehesas, las áreas agrícolas con
bosquetes isla, los paisajes en mosaico o las inmediaciones de las
localidades rurales, en tanto que escasea en las masas forestales más
densas. Su presencia parece verse limitada por factores como la
influencia atlántica y la aridez, así como por la ausencia de cobertura
arbórea adecuada. Allí donde encuentra hábitat propicio, puede
frecuentar enclaves desde el nivel del mar hasta los 1.700 metros de
altitud.
Alimentación
Conforme a su gran capacidad de
adaptación, la dieta del rabilargo comprende una notable variedad de
alimentos de origen tanto animal como vegetal. Según la estación del
año, estos pequeños córvidos devorarán grandes cantidades de insectos
(sobre todo escarabajos), visitarán vertederos y muladares en busca de
restos o ingerirán ávidamente uvas, higos, cerezas y otros frutos, ya
sean silvestres o cultivados. Rara vez depreda sobre pequeños
vertebrados.
Desplazamientos
En toda su área de distribución,
este córvido se muestra como sedentario, aunque puede realizar
movimientos dispersivos de escasa entidad que no se alejan mucho del
territorio de reproducción. Las poblaciones asiáticas, por su parte,
parecen algo más móviles.
Reproducción
La época de reproducción de la
especie da comienzo, normalmente, a lo largo del mes de abril. Una vez
constituida la pareja, ambos proceden —tras un concienzudo proceso de
selección del emplazamiento— a construir el nido en la horquilla de
alguna encina, alcornoque, roble o pino. Este consiste en una cuidada
copa de palitos y raicillas con algo de barro y esmeradamente recubierta
por su cara interior de musgo, lana, pelo y fibras vegetales. Los
rabilargos son aves gregarias en todos los aspectos de su biología, y la
reproducción no es una excepción. Aunque no constituyen colonias de
cría propiamente dichas, estos córvidos siempre buscan la vecindad de
otras parejas, lo que les permite actuar cooperativamente en la
detección de depredadores y en la defensa activa de sus nidos. La puesta
—de entre cuatro y nueve huevos de color cremoso— se realiza a mediados
de abril o principios de mayo. La hembra será la encargada de la
incubación durante 15 días, transcurridos los cuales nacen los pollos,
que serán atendidos por ambos adultos. Tras una estancia en el nido de
14-16 días, los jóvenes realizan sus primeros vuelos, aunque seguirán
siendo alimentados por sus padres algunas semanas más. A finales de
verano, los jóvenes acompañan a los adultos en pequeñas partidas
familiares para luego integrarse en el seno de la colonia.
http://www.seo.org/ave/rabilargo/